Quien es Franklin Peña. Conóceme desde el principio.

Franklin Peña 
http://listindiario.com/zona-este/2013/9/29/293917/FranklinPena
www.drfranklinpena.com

Llegado al mundo como Franklin Isaías Peña Romero, desde pequeño supo que su vida estaría ligada a la medicina. Se hizo médico en la Universidad Central del Este (UCE) y Su preparación continuó y en el Hospital Padre Billini, donde hizo su entrenamiento en cirugía general. 

En el Hospital Civil de Guadalajara (México) estudió Cirugía Plástica. Está casado con Zodale Marie Pichardo, y han procreado dos niños: Adele Marie Peña (11 años) y el inquieto Franklin Isaías Peña III (8 años). Al preguntarle sobre ese “III” de su vástago, el galeno nos respondió: “Porque mi padre también se llama Franklin Isaías, igual que el niño y yo”.

Podría decirse que el Dr. Franklin Peña nació para ser médico. Hijo de padres ligados a la medicina, lo más lógico era que su ADN inclinara la balanza hacia la profesión de Hipócrates.

El especialista en cirugía plástica recuerda que a los ocho años de edad vio su primera cirugía, durante sus andanzas por la clínica familiar. “Recuerdo que me subí en una silla y la vi a través del cristal de la puerta de la sala de operaciones. La verdad es que me impresionó muchísimo, pero al mismo tiempo me mostró el camino a seguir”. 

La influencia fue tan grande que a los 11 ó 12 años se propuso operar un gato de la casa. “Extraje de la clínica un suero, un catéter para canalizarlo, suturas y vendas. Me artillé como todo un médico… Por fortuna para el pobre gato, la señora del servicio me descubrió”, recuerda entre risas.

 A tu juicio, ¿cuál es el mayor reto que tienen los cirujanos plásticos?
El tratar con pacientes sanos, porque quien se somete a una cirugía plástica tiene que estar en óptimas condiciones. No es lo mismo que tratar a alguien que tiene una apendicitis o un trauma porque se cayó de un motor, etc., sino que se trata de una persona sana que quiere estar mejor. Hay veces que estos pacientes, en la etapa de convalecencia, entienden que la cirugía es algo mágico, que se operan hoy y ya mañana estarán listos, olvidando el tiempo de recuperación que la cirugía conlleva (de dos a tres semanas). Es usualmente la etapa en donde te llaman para decirte: “Doctor, todavía estoy hinchada, doctor aún me duele, etc.”. Pero luego de que pasa un mes y las molestias se han marchado, ya la mentalidad ha cambiado y comienzan a conversar sobre la próxima cirugía que se harán.

¿Cuáles son las intervenciones más solicitadas?
Regularmente abdominoplastia, los senos y la lipoescultura, un complemento que suele acompañar a cualquier intervención quirúrgica. Cuando se hace la abdominoplastia, un estiramiento del abdomen, después que una mujer tiene embarazos, se hace lipo en la zona de la cintura para que quede más óptimo el resultado.

En el caso de los senos, se hacen las intervenciones porque ellos sufren muchos cambios por la edad o los embarazos. 

Debemos entender que la carrera de cirugía plástica pertenece a esas “carreras especiales”, como es el caso de la Arquitectura, la Publicidad y la Odontología…
En mi experiencia personal puedo decirte que aunque el entrenamiento es muy prolongado, si a uno le gusta y tiene la vocación se vuelve fascinante. Para hacerme cirujano plástico duré 13 años de estudios, y todo ese tiempo sin remuneración económica. Por fortuna, mis padres, también médicos, me ayudaron y me apoyaron económicamente durante todo ese tiempo. Realmente, todo un sacrificio que bien vale la pena y que me llena de una satisfacción inmensa. 

A parte del dinero, ¿nos puede mencionar los demás requisitos para optar por una cirugía plástica o reconstructiva?
Estar en óptimas condiciones. Por ejemplo, un asmático que tuvo una crisis recientemente, es necesario mandarlo a realizarse una espirometría con un neumólogo para ver las funciones de sus pulmones. Si está bien, se puede operar, pero si no, tiene que someterse a un tratamiento. Esto sucede igual con una paciente que sufre de la presión: si no se toma sus medicamentos diariamente, y la presión se dispara, tampoco se puede operar, porque cuando una persona se opera, hay vasos sanguíneos pequeños que se cauterizan (se cierran) con el calor de un electro bisturí; pero si le sube la presión, puede haber un sangrado que podría dar origen a un hematoma, pérdida de sangre; puede, incluso, llevar a la muerte. Un paciente con hipertensión, que no esté controlado, no se puede operar hasta no estar en condiciones. Igual sucede con un paciente diabético que no esté en los niveles adecuados, o fumadoras, cuyo requisito es dejar de fumar al menos 15 días antes y un mes después. 

¿Los especialistas como usted sólo se preocupan por la parte estética de sus pacientes?
No. En la cirugía plástica y reconstructiva uno opera a los pacientes para mejorar su apariencia, pero también para mejorar las funciones del cuerpo, como es el caso de la cirugía de manos. Cuando un paciente se corta con un cuchillo, o un machetazo, los tendones no funcionan y no pueden mover los dedos, ahí entra la parte funcional y no sólo la belleza. También están las intervenciones de labio y paladar hendido, así como las malformaciones de las orejas. Ocurre igual cuando una persona tiene una quemadura, un accidente de motor y se le desfigura la cara; son cirugías reconstructivas las que se aplican en estos casos, cuyo objetivo es la función y reparación de los tejidos.  

Se habla mucho de que hay médicos que ven a sus pacientes, simplemente como “dinero” y no como a individuos que se deban ayudar. ¿Qué tan real es esto?
A los médicos, regularmente nos entrenan para cuidar la salud de las personas. Se supone que nunca debemos pensar en el aspecto monetario. Eso es lo que “se supone”, pero, como en cualquier actividad, hay quienes no son así. En mi caso, a parte de la formación de médico que obtuve en la universidad y en los hospitales, mis padres son médicos. En la casa, y pasando visita a los pacientes de mis padres, desde pequeño me inculcaron el valor de cómo cuidar a una persona, entregándonos por el bienestar de nuestra comunidad y donde lo primero es la salud.

En el caso de mi papá, que es médico familiar; y mi madre, que es sonografista, han desarrollado dos centros de salud en San Pedro de Macorís y trabajamos con personas de escasos recursos, donde muchas veces de forma gratuita se brindan servicios de salud. Por más de 25 años, cada aniversario, durante una semana, nuestro centro ofrece operativos gratuitos que incluyen consultas, estudios diagnósticos, cirugías, servicios oftalmológicos y de odontología. Es, de hecho, uno de los servicios comunitarios de mayor alcance. 

¿Es cierto que todos los cirujanos plásticos son ricos?
Uno es un médico igual que cualquier otro. Se trabaja más por vocación y satisfacción que por remuneración. Tengo amigos que son cirujanos generales, otorrinos, dermatólogos, que tienen ingresos mayores. Ahora bien, si comparamos a la cirugía plástica con las demás especialidades, la diferencia está en que los seguros no ofrecen cobertura en cirugía estética, a diferencia de otras que sí las cubren y las ARS, como intermediarias, tienen sus ganancias, que no siempre benefician a los médicos de forma adecuada. Hoy, en nuestro país, para cualquier médico vivir dignamente, es necesario que trabaje en varios lugares; impartir clases, trabajar a nivel público o privado, pues de otro modo no le va muy bien. 

Un ejemplo es el mío. Trabajo en el Centro de Cirugía Plástica Espaillat Guerra, en Gazcue (desde las 7:00 de la mañana, muchas veces por más de 10 horas diarias); también, doy clases en la UCE (los viernes, de 7:00 a 9:00 de la mañana);  laboro en el Hospital Regional Dr. Antonio Musa, en San Pedro de Macorís (los martes en la tarde), y en la Clínica de Medicina Familiar, también en San Pedro, los viernes, de 5:00 a 9:00 de la noche. 

Negligencia, mala práctica médica... ¿Te has visto involucrado en una situación como esta?
Gracias a Dios, y como te dije anteriormente, la formación, profesional y familiar nos ha permitido seguir desarrollando el buen nombre y prestigio de nuestra familia. Tenemos el compromiso de que nada afecte nuestra reputación ni ponga en entredicho a la profesión que tan honrosamente ejercemos.

Nos comentabas que, a parte de tus múltiples compromisos profesionales, sacas tiempo para hacer escultura en piedra, que eres aficionado a la fotografía y practicas tenis…
Así es. Durante mi estancia en México, como los fines de semana estábamos libres, me inscribí en una clase de escultura en piedra de cantera. Me gusta mucho porque es un hobby que necesita mucha concentración y esfuerzo, pero al final los frutos valen la pena. Además de la escultura, soy fotógrafo y practico tenis regularmente, desde hace más de 10 años.

¿Qué tiempo le dedicas a los tuyos?
Los fines de semana los dedico enteramente a mi familia. Esas jornadas de 12 ó 14 horas de trabajo se quedan para los días de semana. Como vivimos cerca de la playa estamos más que felices. Antes de residir aquí, solíamos venir mucho a darnos un chapuzón; ahora no salimos de ella. A parte de eso, una o dos veces al mes vamos al cine.

¿Cuándo comenzó a interesarse por expresar sus conocimientos médicos a través de publicaciones periódicas en una revista como es Zona E?
Mi padre tiene una revista, “El Médico Familiar“, una publicación especializada para la clase médica y que se distribuye a nivel nacional. Desde muy joven, con el auge de las computadoras y la tecnología, hice algunos cursos de diseño gráfico y luego decidí ayudarle en la diagramación de la revista. Allí comencé a publicar algunos artículos de tecnología y me fue gustando la redacción, tanto así que ya he iniciado la redacción de un libro de interés general sobre cirugía plástica.

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